Lunes primer día del mes, platicando con mi esposo, nos retábamos para ver quién se levantaría a las 5am a hacer ejercicio. Este “reto fallido” llevaba semanas. El despertador ejercía su labor puntualmente, pero ninguno de los dos se dignaba a apagarlo.
Eran épocas de cuarentena así que trabajábamos desde casa, y la realidad es que con los niños en casa era difícil mantener el orden y el silencio para poder laborar. Contábamos con una pequeña oficina en la cual él trabajaba todas las mañanas sin distracciones.
Pero un día, antes de dormir le propuse el siguiente reto, “El que se levante a las 5am a hacer ejercicio tendrá derecho a irse a la oficina a trabajar, y el que no, se quedará con los niños a realizar las actividades del colegio.”
¡TRATO!
Al día siguiente, a las 5:30 am, ¿dónde creen que estaba mi esposo? No solo ya tenía listo el café también había regado el jardín y ya estaba listo para irse a correr.
¡CLARO! El interés tiene pies y más si tiene una consecuencia instantánea y poderosa.
La teoría la conocemos, pero no es suficiente, sabemos que el despertarnos tarde, nos hace más lentos para trabajar, o sentimos que el día no nos rinde. Si yo le hubiera dicho a mi esposo, “si te levantas tarde, no te dará tiempo de desayunar o de hacer ejercicio”. No tiene una consecuencia inmediata que le impida hacer algo que le guste o que prefiera.
Así que si deseas lograr eso que te propones, busca una consecuencia inmediata y significativa, y de ser posible, consigue un cómplice para que puedan retarse día con día. No solo lo vuelve más motivante y retador, también más efectivo y divertido.