“Me he dado cuenta que soy más estricto con mis hijos que con el personal del trabajo”.
Director RH
Esas fueron las palabras de un gerente de recursos humanos de una empresa reconocida en México.
Esas palabras me dejaron mucho pensando… Y es cierto… A nuestros hijos les exigimos y muchas veces no les damos opción.
Él platicaba que ha detectado que a sus colaboradores se les están pasando cosas administrativas que normalmente no pasaban. Digamos que hay fugas de trabajo, donde antes no las había. Pero por el tema del confinamiento, y el tener hijos en casa, ha decidido no hacer problema, y resolverlo por su parte.
En el tema laboral, es importante formar un equipo en el cual puedas delegar. ¿Pero qué pasa cuando te enteras de las situaciones personales de cada colaborador y te tocas el corazón? Si realmente te importan te preocupas tanto por ellos que no los quieres molestar. Y prefieres resolver cualquier situación por ti solo.
¿Pero somos así de comprensivos con nuestros hijos? Porque hasta donde yo sé, es que muchas veces les preguntamos ¿qué pasó? ¿porqué no haz hecho esto o aquello? Y respondemos… Bueno hasta que quede terminado pasamos a lo siguiente.
Y es claro que lo que buscamos enseñar es la responsabilidad.
Pero esto no solo funciona de padres a hijos. Después de haberlo platicado con mis compañeros, nos dimos cuenta que a veces los hijos somos más estrictos con nuestros padres que con cualquier otra persona.
Los corregimos y les decimos que así no se hacen las cosas. O somos más fríos con ellos al momento de enseñar, corregir o dar nuestro punto de vista. Pero definitivamente no es porque no los amemos. Al contrario, les exigimos más porque sabemos que pueden más. Y porque ellos fueron nuestros modelos de cómo educar en nuestra infancia.
Pero ¿qué pasaría si en la empresa corriges a un adulto de la edad de tus papás? ¿Le hablarías igual? ¿Le tienes más paciencia?

Independientemente de todo, tratemos de ser congruentes con nosotros mismos. No tiene nada de malo dar una retroalimentación. Lo importante es mantener una comunicación efectiva en cualquier ámbito de nuestra vida.
Si tenemos persona a nuestro cargo, platiquemos con ellos, y hagámosles ver las áreas de mejora. Ellos también saben que posiblemente sus rendimientos son diferentes, y pueden creer que el jefe no lo ha notado. Platicando puede haber mejoras, incluso hasta se pueden crear espacios de desahogo.
Por otro lado, ¿qué pasa cuando un colaborador te cuestiona e incluso en un tono molesto? ALTO. Antes de que te molestes tu también, piensa en cómo son tus hijos contigo. Te aseguro que te cuestionan de la misma manera pero tu no te lo tomas personal, tratas de enseñar y educar tranquilamente. ¡Esto mismo hay que hacer! Educar con amor y paciencia.