¿Te haz preguntado cuántas oportunidades te cierras por impulso o instinto?
Por falta de seguridad en ti mismo, o por miedo.
Antes de profundizar en el tema quiero compartirte la siguiente anécdota.
Una madre le sirve a su niña de 2 años un plato con zanahorias.
La niña al verlo se ríe y responde. Zanahorias! Esa es comida de conejos.
Al escuchar esas palabras, me pregunto…
¿Qué pasó por la mente de la niña cuando vió las zanahorias?
Si intensificamos la situación Posiblemente pensó:
“Mi mamá se equivocó, las zanahorias son para los conejos, no para mí ” o también
Yo no soy un conejo, ¿Cómo se atreve a darme zanahorias?
En fín, los posibles pensamientos pueden llover.
Pero imaginemos la situación en el mundo laboral.
¿Cuántas veces te han puesto ofertas sobre la mesa y las niegas sin ni siquiera considerar los beneficios que te puede dejar?
Y ¿Cuántas veces te haz ofendido por una oferta que te presentan, y respondes en automático… Yo no, eso no es lo mío, no gracias, etc.
La niña se puede ofender al ver zanahorias, pero los beneficios que le ofrece esa verdura a su cuerpo son muchas. Es verdad que su madre le deberá explicar los beneficios para que ella sepa que debe comer esa verdura.
Y muchas veces en la vida nos van a explicar los beneficios que pueda tener esa oferta. Pero cuando no lo hagan, tratemos de analizarlo por nosotros mismos, antes de negarlo por completo.
Estas situaciones se nos presentan para salir de esa zona de confort y estar más cerca de nuestro propósito de vida.
Pero si no lo intentas, posiblemente te seguirás quedando donde estas.
Así que ahora te dejo la siguiente pregunta para que analices…
¿Cuánto estas negando que te pueda traer enormes beneficios?
No te escondas detrás de una pantalla… Estoy segura que tienes múltiples talentos que vale la pena hacerlos brillar. Yo se que muchas veces nosotros mismos no vemos los talentos que poseemos. Pero te aseguro que si alguien te llega con alguna propuesta, es porque vé algo en ti de lo que eres capaz.
Entonces, antes de negarlo, detente y piénsalo ¿y porqué no?
Si bien es cierto que no se trata de aceptar todo lo que se pone sobre la mesa.
Pero si se trata de tener una mente abierta.